Ventaja Cooperativa
Adrián Bojorquez
Para GT Consultores

El impacto del COVID-19 supera cualquier escenario imaginado
en lo personal, en lo económico y en lo financiero. Sus consecuencias a mediano
y largo plazo son aún inciertas, pero esto no implica que no podamos empezar a
tomar acciones para atenuar su impacto futuro. Crear valor a partir de esta
crisis depende mucho mas de nosotros como empresarios que de lo que otros
organismos y el gobierno puedan hacer por nosotros.
En plena pandemia por el coronavirus, uno de los problemas
más urgentes es la falta de equipamiento y material en los hospitales para
asistir a los pacientes que lo necesitan y, al mismo tiempo, que el personal
sanitario se proteja del contagio.
En este contexto han surgido distintas iniciativas que
intentan ayudar a través de la tecnología, la ciencia y la innovación a
fabricar este material tan necesario.En España y otras partes del mundo, muchas personas se están
uniendo de forma espontánea e incluso se están organizando a través de redes
sociales con hashtags como #CoronaMakers o #CoronavirusMakers.
Sin embargo no es ajeno que en la búsqueda de la innovación
siempre está presente el término alcanzar un “ventaja competitiva”, teniendo
en cuenta que todo nuestro sistema está basado en la competencia y que el
objetivo en muchas ocasiones no es otra cosa que superar al rival en curso o
eliminar a cualquier competidor para incrementar nuestras utilidades a pesar
que de estas crezcan muy por arriba de lo necesario para obtener una vida de
calidad para algunos de los dueños y altos mandos de la empresa y un ingreso
insuficiente para el resto de los colaboradores, aclarando que este se logra
normalmente a través del incremento en ganancias que en la mayoría de los casos
es consecuencia de la explotación laboral y de la reducción de costos que se
alimenta del sueldo o salario del trabajador.
Esta Pandemia mundial pone de
manifiesto que este sistema basado en la competencia no está hecho para
situaciones como la actual, en la que el capitalismo rampante en su afán de
lograr una máxima productividad no brinda valor a la vida de sus usuarios más
allá de lo que puedan aportar en términos económicos al mercado.
Contingencias como la que estamos viviendo nos enseñan que
el mundo muestra su mejor cara cuando todos cooperan para un mismo fin que sea
obtenible por todos y no a través de una competencia en la que solo unos pocos
puedan llegar a la meta. Es por esto que debemos navegar hacia una “ventaja
cooperativa” que más allá de buscar superar al rival en curso nos permita
hacer una aportación a nuestro sector de manera que TODOS, incluso nuestra
competencia, sean beneficiados por ella.
Las innovaciones en el sector salud no son las únicas que
pueden aportar algo a nuestro mundo en situaciones como esta; las necesidades
del ser humano continúan y lo único que podría cambiar es la forma en cómo se
satisfagan. Es ahí donde nuestro sentido de innovación para obtener una “ventaja
cooperativa” como empresarios debe surgir. Para esto es importante analizar
cuál es esa necesidad básica que nuestra empresa busca satisfacer actualmente y
cuáles serán los cambios que debemos adoptar para seguir cumpliendo con nuestro
rol en el mercado.
Esto implica dejar de definir nuestras empresas con el
nombre de nuestros productos actuales:
- · “No es un carrito de hot dogs, sino saciar el hambre del cliente de manera rápida y económica”.
- · “No es un salón de fiestas, sino brindar entretenimiento para eventos especiales”.
Una vez definida esta necesidad básica que no desaparecerá
con el tiempo, entonces podemos empezar a pensar en qué innovación puedo
ofrecerle a mi segmento de mercado o en otros casos a un nuevo mercado.
El proceso que debemos seguir para detectar estas
necesidades y poder desarrollar una innovación en estos tiempos de crisis no
será igual para todos, pero en GT Consultores proponemos los siguientes
pasos como una guía para la búsqueda de nuestra innovación:
- Conocer los tipos de necesidades: Una primera definición puede ser la jerarquía de necesidades de Abraham Maslow quien categoriza las necesidades en fisiológicas, de seguridad, de pertenencia, de estima y de autoactualización. Otra aproximación más simple, puede ser dividir las necesidades en aquellas que son físicas, y aquellas que son sociales.
- Identificar el valor de la necesidad: Basándose en unas condiciones como pueden ser: (Dadas unas condiciones de) ingreso, cultura y psicología de las personas, las empresas deben determinar el valor que las personas estarían dispuestas a pagar por cubrir una necesidad identificada. Por ejemplo: El consumidor gusta comer un delicioso helado, pero no estará dispuesto a gastar todo su ingreso en comer este producto. En este sentido habrá que proyectar que valor se les asignará a estas necesidades en momentos de crisis cuando ciertos deseos reducen su valor o se vuelven descartables para el cliente.
- Identificar el bien o servicio adecuado para cubrir la necesidad: Una vez jerarquizadas las necesidades y estimado un valor de oportunidad, pasamos (Jerarquizar las necesidades y Dadas unas jerarquías de necesidades y estimado un valor de la oportunidad se pasa) al desarrollo de un producto o servicio capaz de cubrir la necesidad de manera que el consumidor este de acuerdo con el (por el) uso, la calidad y el precio del producto que le es ofrecido considerando los cambios en el estilo de vida a partir de esta crisis.
Caminemos hacia la innovación buscando alcanzar una ventaja
cooperativa y para esto hagamos desde estos momentos de incertidumbre y de
inseguridad ante una situación de Crisis Mundial las siguientes dos preguntas: ¿En
qué negocios debemos estar? ¿Cómo nos
debemos organizar para gestionar estos negocios? ¿Cómo mi negocio genera valor
en esta situación? Y caminemos hacia
lo que puede hacer la diferencia hoy, jugar un papel activo en la construcción
de nuestra innovación, dejando de mirar al mercado como meros consumidores
pasivos de las empresas tradicionales.
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