miércoles, 8 de abril de 2020


PUNTO DE QUIEBRE COVID-19, TRANSFORMACIÓN INMINENTE
Carmen Granada para GT Consultores.

Pareciera que entramos al punto de quiebre, de inflexión, donde todo esfuerzo provisto de planeación fuera infructuoso.  Desde niña y, aún ahora, tengo mucho respeto por el mar, el mar en su inmensidad me provoca sentimientos de miedo; su vaivén y energía impone ese respeto; de igual manera, hoy se presenta ante todos el llamado “Covid-19” pandemia de 2020, y el sentimiento de miedo provocado por su movimiento y su energía, que al igual que el mar, es imponente, se mueve con fuerza y “barre con todo lo que toca”, su andar por el mundo impulsó a detenernos, a  hacer ALTO, las sociedades completas entraron en un alto en las actividades acostumbradas.

Bajo la visión de “alto” “quedarse en casa” “cooperen todos”, el esquema económico se desbarata, obliga a cambiar;  la economía impulsada y generada por todas la empresas del país, unas pequeñas, otras más grandes, pero todas son eslabones esenciales para la economía, tiemblan y se miran unas a otras buscando mantenerse en funcionamiento, mantenerse en un panorama nuevo, cambiado, modificado, ¿Dónde está la posibilidad de encontrar “algo” que nos permita subsistir?  ¿Debemos entrar en una transformación?

En medio de una cuarentena necesaria, las alternativas parecen pocas, y la inmensidad de lo “malo” impone miedo; pero aprendamos de las pequeñas cosas que hoy se manifiestan como resultado de este “ALTO”, analogías que nos proveen ideas:

·         Los clientes, usuarios o personas que van por víveres deben ir solos, debe ser uno.  Las personas no vamos en familia o grupo a hacer las compras en la actualidad.  ¿Qué cambios tuvimos que hacer para que, quien vaya por las compras haga lo necesario? Algunos mandaron “a quien sabe manejar y sabe comprar”, otros “mandaron al pilar de la casa”, otros aún más colaborativos mandaron a “un familiar para hacer las compras de dos o más familias”.   Como sociedad tuvimos que recapitular y usar el sentido común para elegir y seleccionar.  De la misma forma, la operación empresarial debe entrar en la fase de elección y selección, ¿de qué?, de su oferta productos o servicios, de su estructura organizacional, de su cadena de suministro y por qué no, de su mercado meta.  Hacer ese trabajo de elección y selección que permita obtener lo necesario como empresa, no es un proceso fácil y sencillo, pero es momento de elegir y seleccionar y, como las familias, debemos usar el sentido común, donde la o las empresas logren su objetivo conjunto.
·         Reducción de salidas en automóvil por “estar en casa”, las familias “ahorramos en gasolina” por estar en cuarentena, el tránsito se redujo, el consumo de gasolina es menor.  ¿Dónde está el aprendizaje? Hacer uso de rutas óptimas, traslados mucho más eficientes y hablo de traslados todos, como en la economía de movimientos.  Revisar las rutas de distribución y validar el verdadero valor agregado que estas ofrecen, evitar los excesos de uso, ya vimos que los excesos provocan estos cambios, se pueden establecer mecanismos informáticos y tecnológicos que recomienden mejoras en los usos de los recursos; redistribución de oficinas y responsabilidades de manera que el personal que se traslade, se traslade lo necesario, dejar atrás los laberintos de idas y venidas del personal que solo resta energía y que dicha energía puede ser invertida en “crear, innovar” para integrar con mayor ímpetu al personal.
·         Las familias unidas en las casas, tuvimos que reorganizarnos para pasar las 24 horas juntos, en el mismo lugar, por más de 20 días ya,  los diferentes puntos de vista evadidos por la dinámica de trabajo-escuela-casa, hoy se ven forzados a convivir e intentar mantener la armonía, se apoyaron en varios rubros como: hacer ejercicio en casa, limpiar los closet, hacer algo de jardinería, deshacernos de papeles viejos, tomar cursos en línea, hasta “fiestas virtuales” se oyen por ahí;  Para las empresas implica lo contrario, un análisis complementario; los empleados o gran parte de ellos no están laborando, la ausencia de personal representa un gran reto, pero al igual que las familias, se deben encontrar alternativas que permitan la armonía del negocio aún en la ausencia, echar un vistazo a los cursos gratuitos que hay en la web que permita que colaboradores se capaciten en alguna nueva disciplina o herramienta de trabajo que le permita aspirar a un mejor trabajo, o aún mejor, a modificar la forma de hacer su propio trabajo.  Las jefaturas o direcciones deben establecer nuevas estrategias de integración, entre los colaboradores internos, así como para los colaboradores externos,  estrategias que pueden ir desde reuniones virtuales con periodicidad para tratar asuntos específicos que permitan a todos comprender “la problemática que vive la familia llamada empresa”, hasta metas determinadas entre todos, metas colaborativas internas que respondan a las metas colaborativas externas, recuerda que el panorama es otro, el tablero del juego cambio y hay que ajustarse a la nueva forma de operar y crecer como empresa, como núcleo de bienestar.

Tres puntos identificados de la observación que me permitió este “ALTO”, que me dio oportunidad de reflexionar; este punto de quiebre llamado Covid-19 nos llama a eso a, hacer el alto, observar y reflexionar.  No todo es malo, no todo está perdido recuerda reinventarse, transformarse como persona, como empresario; la dinámica actual es otra y la nostalgia de dejar de hacer las cosas “cómo estábamos acostumbrados” es válida pero no te puedes quedar ahí, entrar en la dinámica de cambio nos permite probar que somos seres de razón, hagamos un esfuerzo por entrar en la misma.

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